por Albet
10/02/2017

La Procesionaria del Pino: un peligro para nuestros perros

La procesionaria del pino (Thaumatopea pytocampa) es una oruga que vive en nuestros bosques, sobre todo en pinedas.

A causa del cambio climático, nos encontramos cada vez más casos de reacciones anafilácticas producidas por estas orugas en épocas del año hasta ahora impensables. Hasta hace pocos años, se trataba de un problema típico de la primavera, mientras que ahora mismo, podemos encontrarlas a partir de enero.
Esta plaga afecta principalmente los pinos de nuestros bosques. La procesionaria forma unas bolsas blancas situadas en las partes más altas de los pinos.

El ciclo de vida de la oruga:
Primera fase (Julio y Agosto): Las larvas nacen, tienen poco movimiento y prácticamente no se mueven de sitio.
Segunda fase (Agosto y Septiembre): Las larvas crecen y empiezan a desarrollar unos pelos urticantes que se pueden empezar a esparcir por el aire. Las larvas forman el nido.
Tercera fase (De Septiembre a Febrero):  Las orugas salen de la bolsa para alimentarse a las últimas horas del día. Tejen rápidamente unas bolsas blancas más consistentes, para protegerse del frío.
Cuarta fase (Febrero-Marzo): Con el objetivo de encontrar un sitio propicio donde enterrarse bajo tierra, las orugas dejan el pino formando una característica hilera (de ahí el nombre de Procesionaria) también llamado Reflejo de Entierro.
Quinta fase: Una vez enterradas, las orugas forman un capullo y esperan de 1 a 3 años para emerger en forma de mariposa. Ésta, vive entre 1 y 3 días, tiempo suficiente para aparearse y depositar de nuevo los huevos en las partes más altas de los pinos. Así empezará de nuevo el ciclo.

¿Por qué afecta esta oruga a los perros?
Durante el Reflejo de Entierro, las orugas se mueven siempre juntas y en fila. Esto, llama la atención de los animales, sobre todo de los perros, que se acercan a ellas, las tocan, las chupan, ... Como estrategia de defensa, las orugas tienen unos pequeños pelos urticantes que contienen una toxina (Thaumatopeina). Esta toxina es la
responsable de la reacción alérgica en los animales que entran en contacto con ellas.

Es importante saber que nuestro animal también se puede ver afectado en caso que contacte con el nido de la oruga (sobre todo si sopla el viento y los pelos urticantes se desplazan por el aire).

¿Qué síntomas puede provocar esta reacción en nuestros animales?

Los signos dependen de cuál sea la zona que ha contactado con la toxina (boca, ojos, laringe, nariz, piel,...). La mayoría de veces son síntomas bucales que cursan con dolor, nerviosismo, picor en la boca, saliveo,... La lengua y las mucosas bucales se inflaman y si no se actúa rápidamente, la lengua cambia de color y pasa a ser azul (signo de cianosis o falta de sangre en el tejido) y se puede necrosar. Para los animales que hayan ingerido la oruga el cuadro se complica ya que tendrán dificultades para respirar, fiebre, convulsiones e incluso la muerte.

¿Qué hay que hacer en caso de sospecha?
Debemos actuar con rapidez. Debemos lavar la zona afectada con agua tibia-caliente (para destruir las toxinas) pero es de vital importancia NO frotar la lengua ni secarla, ya que estaríamos escampando las toxinas. Seguidamente, es estrictamente necesario acudir al veterinario más cercano (se trata siempre de una urgencia médica). El veterinario, aplicará un tratamiento médico basado en corticos, antibióticos, protectores gástricos y analgésicos para controlar el dolor. Los animales con síntomas respiratorios o los que no puedan ingerir sólidos por el mal estado de la boca y la lengua, serán hospitalizados.

Para prevenirlo:
1-Evita pasear a tu perro por pinedas, sobretodo cuando existe el mayor riesgo
2-Si tienes un terreno infectado por la oruga, poda las ramas (protégete debidamente los ojos y la piel), quema los nidos y sanea los pinos con insecticidas especiales para esta oruga.


En caso de duda o sospecha, llámanos rápidamente al teléfono de urgencias 938860577



                                                   

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