por Albet
10/11/2017

Diabetis Mellitus en GATOS

La diabetes mellitus es la incapacidad para producir o utilizar la insulina, hormona encargada de regular el nivel de glucosa (azúcar) en sangre. La insulina se produce en el páncreas, circula por la sangre y actúa en los tejidos proporcionando glucosa que se transformará en energía.  El
déficit de insulina implicará que la glucosa no pueda llegar a los tejidos y se irá acumulando en sangre (hiperglucemia). Lo mismo pasa cuando las células del organismo no la pueden utilizar correctamente.
Existen dos tipos de diabetes:
   -Tipo I o diabetes “dependiendo de insulina”: el páncreas no produce suficiente insulina. Es la más frecuente en perros.
   -Tipo II o “deficiencia relativa de insulina”: el páncreas produce suficiente insulina pero el cuerpo no la puede usar (las células ofrecen resistencia a la insulina), o bien el páncreas produce insulina pero el cuerpo necesita más. Es la más frecuente en gatos y personas. 
Que las células no respondan correctamente a la insulina suele pasar en animales obesos, gatas gestantes, por algunos fármacos (cortisona sobre todo) y en algunas enfermedades endocrinas (hipertiroidismo, acromegalia y cushing). 

La diabetes mellitus afecta al 0.5 - 1% de los gatos. Se trata de una enfermedad cada vez más frecuente, probablemente por el aumento de la incidencia de obesidad en los gatos. Suele aparecer en gatos de edad avanzada y es más frecuente en machos castrados.

SÍNTOMAS
Además, es frecuente que tengan infecciones urinarias. Los animales no tratados pueden sufrir alteraciones neurológicas (neuropatía diabética), renales (nefropatía diabética) y oculares (cataratas y retinopatía diabética).
Conforme la enfermedad va progresando, vomitan, dejan de comer, pierden peso, se muestran débiles y se deshidratan. 

DIAGNÓSTICO
Para diagnosticar la diabetes felina siempre hay que realizar analíticas sanguíneas y urinarias ya que existen otras enfermedades que cursan con los mismos síntomas (hipertiroidismo, enfermedades renales, tumores, etc). En los análisis vemos altos niveles de glucosa en sangre y en orina. Debemos tener en cuenta que la visita al veterinario provoca un gran estrés en los gatos. Este estrés aumenta el nivel de glucosa en sangre. Por este motivo será imprescindible valorar el nivel de frucostamina en sangre, que nos indicará el nivel de glucosa en sangre de los últimos 15 días.
A parte de los controles veterinarios que pueden implicar hacer distintas medidas de la glucosa a lo largo de un día (lo que llamamos “curva de glucosa”), des de la clínica veterinaria.

TRATAMIENTO
El éxito dependerá fundamentalmente en la dedicación del propietario. Nuestros objetivos serán conseguir que el gato pueda dejar de tratarse con insulina, eliminar los síntomas y prevenir complicaciones asociadas a la enfermedad.
-Insulina: existen muchos tipos de insulina. Para los gatos, se prefiere una insulina de liberación prolongada, administrada cada 12 horas al principio. El objetivo será encontrar la dosis mínima necesaria para mantener los niveles de glucosa deseados. Recomendamos que el propietario compre un aparato que mida el azúcar; se pincha con una pequeña aguja la oreja o una almohadilla (imagen de Wikipedia). En función del nivel de glucosa, ajustaremos la cantidad de insulina a administrar.
-Dieta: se trata de un alimento especial con un alto porcentaje de proteínas y un bajo nivel de hidratos de carbono. La dieta consigue bajar el nivel de glucosa y disminuir las necesidades de insulina. Aunque el momento ideal para administrar la comida es con la insulina, los gatos, acostumbrados a comer ad libitum durante todo el dia, se controlan bien si siguen esta pauta de libre disposición, ya que la variación de la glucosa en sangre en los gatos no se ve afectada por las comidas.
-Existe un medicamento oral que provoca un descenso de los niveles de azúcar en sangre, pero se ha visto que es poco útil en los gatos.



COMO INYECTAR INSULINA A UN GATO DIABÉTICO
1.Mezcla de forma suave la insulina (voltea el envase unas 10 veces). 
2.Llena la jeringa con la insulina y elimina las burbujas de aire (golpea la jeringa con el dedo).  Asegúrate que la dosis de Insulina es la correcta y no inferior.
3.La insulina se debe administrar por vía subcutánea. Para ello, estira suavemente hacia arriba la piel (se suele administrar en la zona entre las escápulas), formando un pequeño hueco con el dedo índice. Coloca la aguja en el hueco y presiona para atravesar la piel. Presiona el émbolo suavemente para inyectar todo el contenido de la jeringa.

EVOLUCIÓN
Para valorar una correcta evolución nos fijaremos en:
     -El estado mental: está más activo y alerta 
     -El apetito: se ha reducido el apetito voraz, si existía 
     -El peso: aumenta
     -La ingesta diaria de agua: si come alimento seco debería beber unos 40 ml por kg de peso, si come alimento húmedo, entre 10 – 20 ml por kg de peso
     -Urianálisis: podemos hacer tiras de orina en casa y nos sirve para controlar la producción de cuerpos cetónicos (presentes en cetoacidosis) y una posible infección de orina

RIESGOS
El principal riesgo de no diagnosticar o tratar correctamente un gato diabético es que pueden sufrir estados que ponen en peligro su vida, como la cetoacidosis diabética. Sin la suficiente insulina, los tejidos no pueden utilizar la glucosa como fuente de energía así que utilizan las grasas. Durante este proceso, aumentan los niveles de cetonas en sangre i esto puede ser fatal para el animal. El gato está decaído, con vómitos, diarreas, un aliento con un olor muy característico (afrutado) e incluso pueden morir. Se trata siempre de una urgencia médica.
Otra posible complicación es la hipoglucemia (el nivel de azúcar en sangre es demasiado bajo). Se puede dar si el gato no recibe la dosis correcta de insulina, no ha comido la cantidad necesaria de alimento o lo ha vomitado. Suelen estar decaídos, no pueden andar correctamente, tiemblan, están orientados o con un comportamiento extraño. Si el gato está alerta pero no tolera la ingesta de comida, podemos ponerle miel en las encías mientras nos dirigimos al centro veterinario de urgencias. Se trata siempre de una urgencia médica.

PRONÓSTICO
El pronóstico de los gatos con diabetes en general es bueno. Se sabe que la mitad de los gatos se recuperan totalmente y no necesitaran insulina, pero no hay ningún  factor que nos pueda permitir predecir si estamos delante un caso que remitirá o no. 

Desde la clínica veterinaria Albet, os recomendamos que ante la sospecha de la enfermedad o de cualquiera de los síntomas comentados, 
os pongáis en contacto con nosotros con el fin de diagnosticar rápidamente la enfermedad y establecer un tratamiento adecuado. 

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